(Nacido en 1035 – Martirizado en 1079)
La mayor parte de la información sobre la vida de San Estanislao (Stanislaw en polaco) procede del primer cronista polaco, Gall, el cual era probablemente de origen italiano, y que escribió sus crónicas en la corte de Wladyslaw I Herman (1079 – 1102) siendo casi contemporáneo del Santo Obispo.
San Estanislao, un noble polaco, era hijo de Wielislaw, del clan Turzyna, señor de Szczepanow y de Raba, cerca de Cracovia, la antigua capital de Polonia, y de su mujer Bogna, del clan Nowina (del mismo noble clan polaco que el actual Gran Maestre de la Orden de San Estanislao). Nació en 1035 y, desde su más tierna infancia, se consagró al servicio de Dios y de los pobres. En diciembre de 1071, Estanislao fue elegido como noveno obispo de Cracovia.
En ese momento de su historia, Polonia estaba regida por el Rey Boleslaw II, conocido como «El Cruel» (1058 – 1079). Eran los tiempos de las guerras de investidura entre el Rey de Alemania y Emperador del Sacro Imperio Romano, Enrique IV (1056 – 1105) y el Papa Gregorio VII (1073 – 1083). Boleslaw se alió con el Papa, mientras que su cuñado, Wratislaw de Bohemia, lo hizo con el Emperador. Boleslaw fue coronado en 1075 por San Bogumil, Arzobispo de Gniezno, otro gran hombre de la iglesia polaca del siglo XIth. Boleslaw tuvo un reinado exitoso, al menos en lo relativo a la Guerra. Tomó Kiev por dos veces, restaurando a su cuñado, Iziaslav I, en el trono de Rusia; pero como nos cuenta Gall, fue a veces demasiado generoso con las recompensas, irreflexivo en las batallas, feroz, orgulloso y extremadamente cruel.
En algún momento de 1078, el Rey y el Obispo Estanislao se enemistaron. Históricamente, no conocemos las razones exactas, pero lo que sí se sabe es que el pueblo estaba descontento a causa de las constantes guerras y expediciones, que hacía que los hombres pasaran lejos de sus hogares mucho tiempo.
Esta situación fue, sin duda, explotada por el hermano menor del Rey, Wladyslaw Herman, que gobernaba en su principado de Masovia. Es bien sabido que, Wladyslaw, era amigo del Obispo, cuya simpatía era mayor hacia él que hacia el rey. A principios de abril de 1079, el conflicto entre el Rey y el Obispo se acercaba a su trágico final. El Obispo fue capturado por los miembros del clan Jastrzebiec, amigos del Rey, y llevado ante él para ser juzgado. El juicio tuvo lugar en el monte de Skalka, encima de la iglesia de San Miguel. El rey sentenció a Estanislao al suplicio conocido en aquella época como «truncatio membrorum» que consistía en cortar las manos, piernas, nariz, orejas, y en sacar los ojos; este martirio no siempre equivalía a la pena de muerte. Sin embargo, la sentencia fue ejecutada con tal violencia por los amigos del rey, del clan de los Jastrzebiec, que supuso la muerte del Obispo, el 11 de abril de 1079.
Dos meses después estalló la revuelta, encabezada por el hermano menor del rey, Wladyslaw Herman, desde Masovia, y con el apoyo ofrecido por la invasión checa dirigida por el Rey Wratislav. La mayoría del pueblo polaco, horrorizado por el acto del Rey, le abandonó. En julio de 1079, Boleslaw «El Cruel» perdió su trono y se refugió en Hungría, pero aún era un hombre orgulloso y entero. Cuando el rey de Hungría, San Ladislao, fue en persona a darle la bienvenida a la frontera, Boleslaw no desmontó de su caballo, tratándole como a un vasallo.
Dos años después, Boleslaw murió, a la edad de 41 años, en el aislado monasterio de Osyak, en la actual Eslovenia. Su tumba está señalada únicamente por una lápida de piedra en la que está dibujado su último y fiel compañero: su caballo.
Cuando Boleslaw dejó su país, Wratislaw I de Bohemia marchó sobre Cracovia; era el mes de julio de 1079. En esa ciudad, se casó con Svatava (la hermana de Boleslaw) y fue reconocido como Rey de Polonia. Wladyslaw Herman, el hermano menor de Boleslaw siguió siendo el soberano de Masovia y tomó la Gran Polonia, aceptando así la división del país con Wratislav. Estaba gordo y era indolente, pero en absoluto guerrero como lo fue su hermano. Boleslaw «El Cruel» había dejado un hijo pequeño en Hungría, el Príncipe Mieszko. En 1085, el rey de Hungría, San Ladislao, que estaba en guerra con Wratislaw de Bohemia, condujo con éxito una expedición sobre Cracovia; expulsó a Wratislav y dejó al joven de 17 años Mieszko como soberano de Cracovia. Wladyslaw Herman aceptó esta división del país, esta vez con su sobrino, pero en 1089 el joven Príncipe Mieszko y su recién desposada mujer murieron a causa de un veneno que les fue administrado en sus bebidas por orden de su tío Wladyslaw Herman. Fue éste quien reunió a Polonia bajo su soberanía, con la ayuda de clanes poderosos y que le eran fieles, como los Turzynas, los Nowinas y los Sreniawas.
Wladyslaw Herman tomó Cracovia en Julio de 1089, y una de sus primeras medidas fue la rehabilitación de la memoria de su amigo, el Obispo Estanislao. En ese momento ya se había tenido noticia de milagros ocurridos en su tumba de la Iglesia de San Miguel, en Skalka.